Desde que era pequeña, siempre he admirado a las personas que son capaces de plasmar la realidad en un dibujo hecho con sus propias manos. Por lo que comencé a dibujar poco a poco, ya que me hacía relajarme, olvidarme de todo y centrarme en lo que quería transmitir en cada momento, en cada trazo, en cada dibujo.
Al comenzar desde tan pequeña, era un poco frustrante el tema de las medidas y de las proporciones, por lo que tenía ayuda de mi padre. Un gran pilar fundamental en mi vida que ha sido capaz de enseñarme y ayudarme en todo lo que podía. Él fue quien me ayudó a representar de manera más clara lo que quería transmitir con mis dibujos.
A partir de ahí fui aprendiendo y mejorando tanto mi técnica como mis dibujos. Pero hay una cosa que me pasa, y es que no me sale dibujar si no tengo inspiración. He comenzado a tener más inspiración hace poco, cuando conocí a una persona que me está marcando mucho y me hace muy feliz. Por lo que mis sentimientos son más fáciles de expresar cuando tienes algo o alguien por los que sentirlos y expresarlos.
No es fácil representar un sentimiento en una hoja en blanco, solo hay que dejar que tu imaginación fluya y que asocie ese sentimiento con algo que te resulte familiar y dejar que tus manos creen ese arte.
Por ello, en esta cuarentena he tenido mucho tiempo para reflexionar y por lo tanto dibujar. Estos son algunos de los dibujos que he hecho durante este tiempo. Espero que os gusten, ya que cada uno representa un instante y una serie de sentimientos que encajan lo las emociones que tenía en ese momento.
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